viernes, 2 de diciembre de 2011

Y lo malo del corazón, es que se rompe

Si, cómo si fuera de porcelana o de cualquier material lo suficientemente delicado para dañarse con nada.

Estaba leyendo mis posts de hace unos meses, uno, en el que soñaba con devolverme a Colombia tan pronto como terminara mi año de "nanny", las cosas cambiaron y me quedo 365 días más, feliz, encantada, odiando el invierno (como siempre) y amando el verano.

En los otros hablaba de mi Chuchi, mi príncipe azul, que ya no es... Ya me demostró que por más promesas, palabras y actos, todos mienten (mentimos), lamentablemente él superó y rompió cualquier límite de confianza, en fin, no voy a entrar en detalles porque como todos sabemos "la ropa sucia se lava en casa", el caso es que se acabó, final final, no va más, yo juro que pensé que era para toda la vida.

Si me imaginaba un día del futuro despertando al lado de alguien, era de él, y por más que mis instintos maternales estén en cero, soñaba con tener sus hijos, la casa, todo... ahh! En fin...

Tengo el corazón roto, y es ahora cuando (nuevamente) tengo que pasar la pena de levantarme y abrirme paso en medio de todos los recuerdos para recoger los pedazos que quedaron por ahí, los que me mantienen viva, sonriendo y soñando.

La semana pasada le dije a él una frase que retumba cada día en mi cabeza "Soy como una muñeca vieja, estoy llena de remiendos y a fin de cuentas, estoy rota", y me doy cuenta que no tengo arreglo, pues cada una de las traiciones, cada uno de los fracasos, sueños rotos, amigos que ya no lo son y mil cosas más, han ido acabando conmigo poco a poco.

Sin embargo, nunca he dejado de soñar, siempre he creído en que la esperanza es lo último que se pierde, y es verdad, ahorita no estoy interesada en establecer relación o revolcadas con nadie, sólo quiero tranquilidad, por fin...

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